Rachel Khoo hace un rápido dal de lentejas con comida casera
Las lentejas con chorizo son la comida reconfortante definitiva para esos días de invierno en los que salir a la calle es demasiado atrevido. Descubra por qué esta receta tradicional del norte de la provincia de Ávila ha triunfado a través de generaciones de familias españolas.
Probar nuevos ingredientes, aprender nuevas técnicas, crear nuevos platos… son algunas de las cosas que más me gustan de la cocina. También me gusta mucho la improvisación. Esos días en los que vuelves a casa y te has olvidado de hacer la compra. Y luego el reto de hacer algo estupendo con unos pocos ingredientes básicos que quedan en la nevera.
Otros días, sin embargo, me apetece ir a lo seguro. Nada de improvisar, nada de hacer el tonto. Sólo una buena comida reconfortante. Y cuando esos días me ocurren en pleno invierno, eso suele significar lentejas con chorizo.
Las lentejas con chorizo son un toque de realidad, una receta campesina tradicional y democrática que todas las familias españolas llevan comiendo desde hace generaciones. Una única receta con tantas versiones como abuelas hay en el país. Y por encima de todas esas diferentes versiones sólo una verdad absoluta… cuanto más grande sea el amor, mejor serán las lentejas. Esto es slow food en su máxima expresión y la sobredosis de amor es imprescindible aquí.
Lentejas con salchicha de verano | La cocina de Mariano | S5E1
En una olla grande, dora el chorizo en un poco de aceite vegetal, removiendo constantemente, hasta que esté casi hecho, unos 5-7 minutos. Añade los frijoles cannelini, los tomates, las lentejas y el caldo de pollo y remueve hasta que se combinen. Llevar a ebullición y luego reducir el fuego, tapar y cocinar a fuego lento durante unos 30 minutos hasta que las lentejas estén blandas y tiernas. Retirar del fuego e incorporar las espinacas; tapar durante unos 5 minutos para que se marchiten. Sazonar con sal y pimienta al gusto (yo terminé usando tal vez 1/2 cucharadita de sal y nada de pimienta). Servir caliente con queso de cabra.
Nota: Si quieres utilizar lentejas cocidas en lata, asegúrate de que están enjuagadas y escurridas, luego sólo tienes que llevar la sopa a ebullición y asegurarte de que el chorizo está completamente cocido. No hace falta que pasen los 30 minutos si ya están cocidas.
¡Muy sabroso! Mi marido se olvidó de comprar chorizo y compró salchichón ahumado en su lugar… y aún así estaba delicioso. Sólo le puse un poco de cayena en polvo para subir un poco el calor. No puedo esperar a probar esto de nuevo con Chorizo o Andouille.
Sopa de lentejas casera
Vegetariano, picante, con queso, terrenal y saludable, así es este plato. ¿Quién iba a saber lo bien que combinan las lentejas con el queso? Me hace pensar en tantas posibilidades nuevas: lentejas con queso en una tostada, lentejas en una pizza… o quizás no.
Todavía tengo pesadillas en las que mi abuela me servía sopa de lentejas: un bol de lo que parecía barro y sabía a pantano (lo siento, abuela). No fue hasta que las probé, mucho más tarde, en un entorno sin ruido, que empecé a disfrutar realmente de las lentejas.
Sin embargo, no puedo decir que sea mi comida favorita de todos los tiempos, las lentejas y yo tenemos una relación un poco intermitente. Paso por rachas de cocinar lentejas constantemente cuando hago una especie de cazuela cada dos días y luego me olvido y estoy sin ellas durante meses, con un paquete medio vacío en la alacena.
Las lentejas, a diferencia de las judías secas, no necesitan ser remojadas; basta con enjuagarlas o no y hervirlas en abundante agua -el triple-. Después de veinte minutos de cocción a fuego lento, estarán tiernas con sólo un poco de picor, lo que es apropiado en este caso, ya que se cocinarán más en la sartén y en el horno.
CÓMO HACER SOPA DE LENTEJAS
Frasquita y Catalina, tienen la culpa de que estemos hoy aquí . Ambas nos hicieron crecer dentro y fuera de su cocina. Les agradeceremos eternamente su aportación. si no fuera por ellas De la Abuela no existiría hoy.
La abuela Frasquita era conocida por su mal carácter. Siempre tuve la sensación de que se enfadaba pero cuando cocinaba. Siempre cocinaba con esmero, con tranquilidad, pero aun así se la oía refunfuñar. Cuando tenía un mal día, siempre era mejor no estar en su camino. La cocina era el único lugar donde era realmente feliz, por lo que se pasaba allí todo el día tranquilamente.
Le encantaba el Nenuco, una fragancia muy conocida para después de la ducha que la mayoría de los españoles le ponían a los bebés desde siempre, incluso se podría decir que se duchaba con esa fragancia. De vez en cuando cuando huele a nenuco viene a mi memoria Frasquita.
Frasquita era viuda, perdió a su marido y por desgracia también a algunos hijos. En aquella época se aplicaban algunas normas culturales, las mujeres solían ir vestidas de negro de la cabeza a los pies. No importaba si era invierno o verano, siempre era lo mismo. El luto era realmente